sábado, 24 de diciembre de 2011

Fragmento de las ideas de una mente retorcida.

  Txus Di Fellatio, el Príncipe de la Dulce Pena, dice "Escribo, esquivo y callo, y a menudo lloro en un folio. Mis lágrimas son tinta y no hallo mejor ataque que un poema ante tanto olvido, ante tanta pena". Claramente, este fragmento habla de liberación (en este caso, a través de la literatura) ¿Es esto verdad para todos, o sólo para los artistas? Al menos para mí lo es, mi libertad suele ser un papel... o una persona en especial. Confianza. Qué cosa jodida. Cómo cuesta respetarla, pero forzarla es definitivamente una muy mala idea. Fuerza, eso es lo que se necesita, y paciencia, para poder disfrutarla de la mejor manera.
  Volviendo al tema "principal" (si es que se lo puede llamar así, porque me voy tanto por las ramas que no hay un tema específico, solo uno inicial), ¿existe la absoluta liberación por medio de un papel?¿O, mejor dicho, la liberación? Me refiero en el sentido en el que algo siga ahí pero no te pese más. Porque por leve que pueda ser el acto cometido, siempre va a existir algo que te haga sentir culpable e impida tu absoluta liberación. Con respecto a las preguntas, creo que tengo la respuesta, al menos la que es correcta según mi criterio: sí. La liberación se puede obtener "limpiando" el error cometido y eliminando de esta manera la culpa. Además si la otra persona (incluso entidad) víctima del error, aunque sea uno mismo te perdona, ya tenés la mitad del camino recorrido.
  Este fragmento está un poco editado de su versión original, pero lo siguiente lo voy a citar textualmente: "(...)ahora siento la necesidad de seguir escribiendo, parar se siente 'mal'. Y aún ahora, que no sé que poner, quiero seguir" Ahí está mi liberación, la encuentro cuando no puedo soltar la lapicera, o dejar de presionar las teclas.
  Lo mejor a las dos o tres personas que lean el blog, espero que encuentren pronto su libertad.

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